Algunas mujeres al leer el título de este artículo estarán diciendo “yo utilizo un vibrador cuando quiera utilizarlo”, acompañado de una risa sarcástica. Bueno, en cierto sentido es verdad, pero la intención es hablar de manera bien abierta sobre un aparato que ha servido de mucho, y del cual se ha hablado poco. Hay muchos modelos de vibradores, y generalmente las mujeres compran cualquiera o alguno que le hayan recomendado. Otras tienen mucho tiempo utilizándolo, y se han vuelto expertas en el uso de vibradores de todo tipo.
En terapia sexual le prescribimos el uso de vibrador a algunas mujeres que tienen una disfunción sexual determinada. O sea que, no necesariamente todas las mujeres deben utilizar un vibrador, y eso es importante aclararlo, porque se tiene la idea de que un vibrador es la panacea de la sexualidad femenina, cuando no necesariamente es así. Si es una mujer que tiene una pareja que la satisface de manera adecuada, lo más probable es que ella no tenga la menor intención de utilizarlo, y tal vez ni siquiera por curiosidad le de deseo de hacerlo.
La disfunción sexual que donde específicamente utilizamos el vibrador como apoyo terapéutico es en la disfunción orgásmica, y más en la que es de tipo generalizado, o sea, en mujeres que nunca han experimentado un orgasmo. Obviamente, que no le sugiero a nadie que lea este artículo y nunca haya tenido un orgasmo que se ponga a utilizar vibradores de manera inconciente, ya que estas prescripciones terapéuticas se hacen dentro de un programa de terapia sexual, donde se incluye el uso del vibrador en algún momento, pero no es el vibrador lo que realmente hará que una mujer pueda aprender a disfrutar de sus orgasmos de manera adecuada, sino que es un trabajo mucha más amplio el que hay que hacer.
Dentro de los vibradores, básicamente lo podemos dividir por la zona genital que queremos estimular. En este sentido hay dos grandes grupos: 1. El que sólo se utiliza para estimulación del clítoris; 2. El que se utiliza para estimulación de la vagina. Y, cabe mencionar, una tercera generación de vibradores, que son híbridos, que al mismo tiempo que penetran la vagina, también tienen un dispositivo para estimular el clítoris.
Los que se utilizan sólo para estimulación del clítoris, generalmente son pequeños y no se pueden introducir en la vagina. Tienen una gran intensidad, y la mujer tiene que utilizarlo de manera bien cuidadosa, ya que la zona clitorídea es muy sensible y su estimulación directa pudiera llegar a ser desagradable. El vibrador que se utiliza para penetrar la vagina, puede hacer las dos funciones, ya que también puede estimular el clítoris y luego la mujer, si lo desea, puede penetrarse. Una ventaja que le lleva el externo, es que al ser más pequeño puede pasar desapercibido ante los ojos de los curiosos, ya que no tiene forma de pene ni nada por el estilo. El grande generalmente tiene una forma de pene, o en algunos casos una figura sugestiva.
Algo a tomar en cuenta es que, nunca se debe utilizar el vibrador sin antes tener una lubricación vagina o o genital adecuada. Esta parte es importante, ya que hay que proveer a la zona de estimulación de suavidad para que la sensación sea más agradable, y para que el vibrador pueda deslizarse sin ningún tipo de inconvenientes.
El vibrador puede ser utilizado sola o con su pareja. Algunas mujeres no quieren decirle a su pareja que usan vibradores, ya que piensan que la pareja se sentirá al menos, o que le va a recriminar tener un vibrador. Pero esto se puede resolver si se abre un canal de comunicación sexual adecuado, que permita enriquecer la relación sexual entre la pareja.
Sea cual sea tu situación, es bueno que antes de comprar un vibrador, sepas bien cual es la necesidad particular que tiene, y te asesores para saber cual encaja mejor con lo que deseas tener en términos de excitación sexual y disfrute de tus estimulaciones de la manera más amplia posible.
FUENTE:CENTROVIDAYSALUD.COM
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