Salirte de la dieta un día, no significa que todo ya está perdido.

Salirte de la dieta un día, no significa que todo ya está perdido.

Para comprender por qué tu cuerpo sube o baja de peso ten en cuenta la siguiente fórmula: si ingieres más calorías de las que gastas, ganas peso. Por eso, siempre es importante tener en cuenta la cantidad de calorías que se consumen en relación a la cantidad de calorías que se gastan a diario. Solo consiguiendo este balance podrás mantener tu figura. El Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos, en inglés The National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion (NCCDPHP), sugiere los siguientes consejos para mantener tu peso y llevar un estilo de vida saludable al mismo tiempo:

1. Incorpora en tu estilo de vida decisiones saludables. Si estás comprometida a alimentarte bien y a ser más activa, vas a ver más cambios en tu cuerpo y a mantenerlos por mucho más tiempo que con cualquier dieta express para perder peso.

2. Fíjate una dieta y ejercicios realistas. Hacer una dieta súper estricta y practicar ejercicios drásticos puede conducirte a un solo lugar: abandonar tu meta de tener un estilo de vida saludable. En cambio, en vez de hacer todos estos cambios al mismo tiempo, fíjate metas pequeñas y realistas que pienses que puedes cumplir y mantener. El NCCDPHP sugiere fijarse nuevos y pequeños desafíos por semana.

3. Lleva un registro de lo que comes y sobre los ejercicios que practicas. Ten un diario para esto, incluso escribe en qué situación comes y cómo te sientes mientras lo haces. Esto ayuda a examinar por qué comes y qué es lo que más satisface tu apetito.

4. Come al menos 5 porciones de frutas y vegetales por día. Trata de reemplazar los snacks como papas fritas o galletas, que son poco nutritivos y calóricos, por las frutas y verduras.

5. Ingiere alimentos que sean ricos en fibra. El NCCDPHP sugiere comer cereales de granos, legumbres y frutas, estos te hacen sentir satisfecha y aportan pocas calorías.

6. Prepara tus comidas y snacks en tu casa. De esta forma puedes decidir el tamaño de la porción y los ingredientes que vas a incorporar. Asegúrate de preparar comidas bajas en calorías. Una manera de hacer esto es cambiar, por ejemplo, tu leche y queso enteros por descremados, y para cocinar usar aceite en spray en vez del tradicional o la mantequilla.

7. Usa una balanza y vaso medidor para medir los tamaños de los ingredientes. Es la manera más justa para asegurarte las medidas. Lee las etiquetas y cuenta las calorías según las porciones que ingieres.

8. Toma decisiones saludables para comer los snacks. Elige aquellos que sean nutritivos y que te satisfagan. El NCCDPHP recomienda las frutas, vegetales crudos o un vasito de yogurt descremado.

9. Come despacio. Asegúrate de comer sólo cuando tengas hambre y hazlo con calma para disfrutar cada bocado, el aroma y las texturas de tu comida. Ten en cuenta que a tu estómago le lleva 15 minutos para enviarle una señal a tu cerebro de que estás satisfecha.

10. Aprende a perdonarte. Todo el mundo comete errores. Sólo porque tomaste un almuerzo súper calórico no quiere decir que arruinaste toda la dieta del día. Trata de comer saludable en lo que resta del día o realiza más actividad física para balancear las calorías extras que te comiste.