jueves, 25 de junio de 2009

OK VENUS-GIRL ESTOS AUNQUE QUERAMOS NOS TOCA

El esmalte blanco se amarillea con el paso de los años. Puede recobrar su color original si mezcla sal con trementina y lo aplica suavemente con una esponja. Tras unos minutos lávelo con agua caliente y jabón, aclarándolo después con agua fría en abundancia.

El acero inoxidable de los pomos pude limpiarse con bicarbonato de sosa aplicado con una bayeta también húmeda. Tras aclararlos se saca brillo con un trapo suave.

Las pastillas de jabón suelen dejar rastros en las jaboneras. Son fáciles de quitar remojándolos con agua caliente abundante mientras se frota con una bayeta. No limpie la bañera ni la ducha con agentes abrasivos ni con lejía; tampoco con los productos propios del inodoro, pues se estropean. Limpiarlas frecuentemente con detergentes suaves evita la formación de suciedad que más tarde le obligarían a usar limpiadores muy fuertes.

La “cebolla” de la ducha suele atascarse por culpa de la cal. Límpiela con una aguja pinchando en loa agujeros. Igualmente, dejándola sumergida en una mezcla de agua caliente y vinagre o frotándola con limón, la cal desaparecerá.

El agua con detergente desinfectante suele ser suficiente para mantener limpio el inodoro. Recuerde no mezclar dos productos diferentes, pues la mezcla puede resultar peligrosa. Si utiliza amoniaco hágalo siempre mezclado con agua y tenga el cuarto de baño ventilado. El vinagre es menos potente pero más ecológico. Si desea usarlo eche una botella en el inodoro rociando las paredes y tras una hora, aproximadamente, aclárelo con agua. Tal vez deba repetir la operación dos veces.

Si desea usar pastillas que desinfectan y dan color al agua, utilice las que se colocan en el borde de la taza, pues las que se dejan caer en el agua de la cisterna pueden estropear el regulador.

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