viernes, 26 de junio de 2009

MITO O REALIDAD

Nadie pone en duda que los hombres le tienen tanta afición a la masturbación como las mujeres. Aunque hay quien insiste, todavía, en que ellos le tienen más apego al placer solitario que nosotras.

La información existente al respecto está muy dispersa en la bibliografía científica. Su análisis crítico detenido ha destruido uno a uno todos los mitos existentes acerca de la masturbación, aunque tales conclusiones no hayan llegado al público en general como debiera.

La masturbación, para los hombres, supone el encuentro con sus sensaciones eróticas en la etapa púber y adolescente. Entre el 92% y el 95% de los hombres refieren masturbarse de un modo más o menos regular; del mismo modo que lo hacen entre el 85% y el 93% de las mujeres. Desde su descubrimiento, forma una parte sustancial de su vida sexual a lo largo de toda su vida; teniendo el mismo significado e importancia que tiene entre las mujeres.

Lejos de la creencia popular, los hombres no comienzan a masturbarse pronto porque tienen un pene fácilmente abordable. De hecho, la mayoría suele conocer la existencia de la masturbación no porque la descubran espontáneamente al manipularlo cuando orinan o se lo lavan, sino tras escuchar algunas conversaciones con sus amigos (las mujeres aprenden a hacerlo espontáneamente, sin hablar con nadie).

Ya desde su adolescencia, los hombres hablan abiertamente de la masturbación. Y lo hacen también en presencia de chicas; no les importa. Eso marca una diferencia sustancial entre el modo de masturbarse los hombres y las mujeres. Como ellos lo han aprendido escuchando o viendo hacerlo a otros, y hablan abiertamente de ello, tienen conciencia de hacer algo normativo que los iguala a sus amistades, se sienten “normales”. Como las mujeres solemos aprender a masturbarnos espontáneamente, sin hablar de ello,tenemos tendencia a ocultarlo y a negarlo.

Estudios cuidadosos, que corrigen los efectos derivados de las mentiras de unos y otras, revelan que hombres y mujeres se masturban,con una frecuencia similar.

Los hombres continúan masturbándose después de iniciarse en las relaciones de pareja. Y siguen haciéndolo aunque la pareja sea estable; al menos el 75% de ellos. Y lo hacen porque masturbación y relaciones sexuales no son mutuamente excluyentes como se creyó en el siglo pasado, sino complementarias. Satisfacen necesidades diferentes. Y, además de desear mantener cálidos contactos sexuales con una persona a la que se quiere y desea, como es la compañera, también resulta atractivo disfrutar de momentos de intimidad, sin la presión de satisfacer al otro, manteniendo libre un espacio personal e independiente.

Por eso, los seres humanos no dejan de masturbarse aunque tengan relaciones sexuales. Más aún. En contra del tópico, son más las mujeres que se siguen masturbando después de tener pareja,que los hombres (entre el 90% y el 95%). Y, además, lo hacen con la misma frecuencia o aún mayor que antes de comenzar a tener relaciones sexuales. Lo que todas las investigaciones muestran es que los hombres, aunque continúen masturbándose después de emparejarse, lo hacen progresivamente con menor asiduidad que antes de emparejarse, hasta que en la vejez se convierte en una actividad sexual minoritaria. Lo contrario de lo que sucede con las mujeres ancianas, en las que la masturbación constituye su principal práctica sexual.

PRESUMIDA

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