Novelas y películas muestran trepidantes escenas de sexo en las que los protagonistas estallan de placer. Para muchas mujeres no existen tales terremotos, a veces ni siquiera se percibe el más mínimo temblor. La frigidez (falta de placer sexual u orgasmo) afecta a una de cada cuatro españolas. Y el problema, casi siempre, está en la cabeza.
La frigidez se define como unadisfunción sexual femenina caracterizada por la ausencia de placer o anorgasmia. En la mayor parte de los casos responde a causas de origen psicológico, aunque también hay quien dice que “no hay mujer frígida sino hombre inexperto”.
Existen estudios que afirman que el 25% de las españolas no logran alcanzar el orgasmo coital ni extracoital. Sin embargo, la frigidez total no existe, aunque sí la ausencia de reacción ante los estímulos sexuales en distintos grados.
Las recciones de las mujeres ante el acto sexual pueden llegar a ser muy dispares. Así, hay mujeres que experimentan emociones haciendo el amor sin por ello disfrutar físicamente del coito; otras, por su parte, muestran un rechazo visceral a la penetración; y muchas de ellas, no alcanzan el orgasmo pese a la presencia deexcitación durante el encuentro sexual.
Por regla general, la frigidez hunde sus raíces en problemas de origen psicológico, ya que sólo un 5%, afirman los expertos, responde a causas orgánicas derivadas de trastornos neurológicos o ginecológicos (lesiones genitales, distensión de las paredes de la vagina, alteración del sistema hormonal...). El uso de ciertos fármacos, en especial antidepresivos y antihipertensivos, también inhibe el deseo.
El orgasmo femenino es muy vulnerable, en especial si vive acosado por temores y prejuicios que ejercen un férreo control sobre la libido e impiden a la mujer abandonarse de lleno a sus impulsos y deseos, quedando estos sometidos bajo la tiranía del miedo.
La frigidez encarna el triunfo del temor a ser una misma en la cama. Los motivosque lo generan pueden ser abundantes, desde el rechazo sexual hacia la parejaal desconocimiento de las artes amatorias, pasando por el sentimientos de culpaque muchas mujeres tienen por la propia satisfacción, el temor a decir no y sus consecuencias o a un posible embarazo.
En ocasiones, todos estos prejuicios pueden aparecer asociados a una rígida educación religiosa o a un clima sociocultural represivo, a la existencia de relaciones tensas, la rememoración de experiencias traumáticas anteriores...
Por tanto, si no se disipan estos fantasmas que rodean las relaciones sexuales y que generalmente viven sólo en nuestra mente, resultará imposible dar rienda suelta a la imaginación erótica y dedicarse, simplemente, a disfrutar.
FUENTE:MUJERHOY.COM
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